Ley vigente los exime del impuesto por considerar que son un aporte cultural para el país:
Ni el Cirque du Soleil ni Soda Stereo: megaespectáculos no pagan IVA en Chile
ANDREA SIERRA
Entradas con precios que van desde $24 mil a $108 mil. Más de 150 mil espectadores en 55 funciones.
Según cálculos de Time for Fun -la empresa que trae al Cirque du Soleil-, el megaevento extranjero recaudará nada menos que US$ 10 millones en su paso por Santiago. Y no pagará IVA (19%) al fisco chileno por los tickets vendidos.
Tampoco lo hizo Soda Stereo, que reunió a más de 120 mil personas en dos conciertos en el Estadio Nacional, ni Marco Antonio Solis, ni Roger Waters, ni Marc Anthony. Y la lista suma y sigue, e incluye a artistas como Charles Aznavour y Michael Bolton.
Todos estos megaeventos internacionales se acogieron a una ley (la 825, de 1974, en su artículo 12) que exime del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) «a los ingresos percibidos por concepto de entradas de los espectáculos y reuniones que por su calidad artística y cultural cuenten con el auspicio de los ministerios de Educación y de Cultura». Y para obtenerlo basta con tener el apoyo de la respectiva embajada, ser parte de programas de intercambio o de extensión cultural de sus gobiernos o estar patrocinado por instituciones educacionales o culturales extranjeras de prestigio, dice la normativa.
Artistas chilenos, indignados
Con esos documentos en mano, comienza a operar la ley y no hay discriminación. Es decir, todos los megaespectáculos pueden acceder a la rebaja de impuestos, independiente del aporte cultural medible que puedan hacer al país, explica la seremi de Cultura de la Región Metropolitana, Laura Pizarro, quien está encargada de dar el primer «vamos», que luego hace llegar al Ministerio de Educación para sellar la disposición impositiva.
«Lo que hacemos es acoger la solicitud, y que cumpla con los requisitos formales para solicitar la exención. Si el legislador no hizo diferencia en la normativa, no corresponde al intérprete hacerla», explica Pizarro.
Pero en el mundo artístico chileno hay indignación.
«No me parece que los artistas multimillonarios lleguen a Chile y sean subvencionados por las personas pobres del país, que no pueden acceder al espectáculo. Tampoco, que estos conciertos comerciales sean entendidos como espectáculos culturales para evadir impuestos», comenta Valentín Trujillo.
«Esta ley tiene un doble estándar, porque hay muchos espectáculos que son netamente de orden comercial, son un negocio y no aportes culturales», sostiene el cantante Pablo Herrera, vicepresidente de la Sociedad Chilena de Intérpretes (SCI).
Único en América Latina
Lo peor, dice el diputado independiente Álvaro Escobar, es que Chile es el único país de Latinoamérica que da tantas facilidades al artista extranjero en desmedro de los números locales.
Porque aunque los chilenos también pueden acceder al descuento del IVA en las entradas a sus espectáculos, deben acreditar -a diferencia de sus colegas internacionales- que su número colabora o complementa las funciones del Ministerio de Educación o estimula el desarrollo cultural, la libre creación artística y la preservación e incremento del patrimonio cultural de la nación.
«Se debe medir a todos con la misma vara», dice el payaso «Cucharita».
«Hay discriminación hacia el artista chileno. Ellos (los artistas internacionales) son beneficiados al no pagar impuestos y ni siquiera hacen obras benéficas o presentaciones gratis. Ellos son los únicos que ganan», dice «Copucha», esta vez sin sonrisas.
En Chile, los tickets más caros del mundo
«Los beneficiados son los consumidores», lo rebate Nolberto Salinas, abogado de empresas productoras de eventos y experto en la materia.
«La exención tributaria permite que la entrada que debería costar $7.000 quede en $5.000. Si tengo que pagar IVA, habría que subir los precios», comenta.
Sin embargo, y pese a la existencia del descuento en los impuestos, en la actualidad Chile está en el «top one» de los tickets más onerosos de la región para ver espectáculos de talla mundial, como el caso del concierto de Madonna -quien podría demandar su exención tributaria con 20 días de anticipación a la fecha del concierto, como dice la ley-, y que tendrá en Santiago los precios más altos de todo el mundo.
«Muchas veces, la exención tributaria termina salvando el negocio, porque hay demasiados costos adicionales. Además, el mercado es pequeño», agrega el jurista, quien explica que aunque los artistas extranjeros no pagan IVA, sí deben cancelar el impuesto adicional establecido en la Ley de Rentas para todos los ciudadanos de otra nación que hacen negocios en Chile. «Y eso, en general, lo absorbe la productora», afirma.
«En algunos países, hasta el 50% de las ganancias queda para el gobierno»
En Ecuador -cuenta Pablo Herrera-, si un artista quiere evitar el pago de todos los impuestos, está obligado a realizar algún concierto gratis. De hecho, el artista cantó en la cárcel de mujeres de ese país sin cobro de entradas.
Agrega que «en otros lugares, hasta el 40% o 50% de las ganancias del evento queda para el gobierno». Por eso pide, al menos, reciprocidad en las reglas.
En México, sostiene el «Tío Valentín», antes de poder actuar tuvo que pagar un porcentaje para entrar al sindicato que domina el distrito general. «Pero, además, el artista extranjero debe pagarle a otro mexicano como si estuviera tocando, aunque no lo haga. Pido igualdad de condiciones», comenta.
Los hermanos Maluenda -dueños y payasos del circo Los Tachuelas- afirman que en Perú, el 35% de los artistas de un circo extranjero que llega a ese país debe ser de peruano.
Lo peor, dice, es que el Cirque du Soleil no debería recibir en Chile la ventaja impositiva, pues estaría faltando a la ley de protección del circo chileno.
«Fomenta la competencia desleal y no ayuda a la preservación del circo local», señala Joaquín Maluenda, el Tachuela «grande».
Artistas que son turistas
Tanta es la preocupación de los artistas chilenos que el año pasado la directiva de los gremios de autores e intérpretes musicales se reunió con autoridades del Ministerio de Hacienda, de Cultura, y del Servicio de Impuestos Internos para insistir en cambiar la normativa.
«Nos parecía que la exención debía tener como contrapartida un estímulo a la producción nacional. Por ejemplo, un requisito para asignar la rebaja impositiva podría ser dar una función de beneficencia o que se considere la participación de artistas nacionales», explica el director general de la SCD, Santiago Schuster.
«La rebaja de impuestos sólo debería ser aplicable cuando haya artistas chilenos participando en el evento. Creo que por ahí va la cosa», comenta Claudio Narea, ex guitarrista de Los Prisioneros y actual presidente de la SCI.
«Normas recíprocas» pide Enrique Baeza, profesor de la Escuela Moderna de Música (tecladista de la Orquesta Horacio Saavedra).
«En todos los países del mundo, cuando un extranjero presenta su show debe tener su visa de trabajo en la mano antes de entrar a esa nación. En Chile, pueden ingresar como turistas y conseguirla acá», se queja. De hecho, la SCI conversó también con Extranjería para ver ese tema y no hubo éxito.
La misma opinión tiene el diputado Álvaro Escobar, quien planea presentar un proyecto de ley en el Congreso para que los grandes megaeventos al menos estén obligados a tener teloneros nacionales.
«Debería haber una suerte de discriminación positiva para el artista nacional, como la participación de chilenos en los shows internacionales, pero lo primero que hay que buscar es voluntad política de las autoridades», comenta la seremi de la Región Metropolitana, explicando que no es de su competencia.
Mientras tanto, acorde a la pesada agenda de conciertos internacionales en Chile, los fans de Luis Miguel -el próximo megaevento- ya preparan sus billeteras para gastar hasta $168 mil para ver a su ídolo, que volverá a México sin haber pagado IVA.
«No me parece que los artistas multimillonarios lleguen a Chile y sean subvencionados por las personas pobres del país, que no pueden acceder al espectáculo. Tampoco, que estos conciertos comerciales sean entendidos como espectáculos culturales para evadir impuestos», comenta Valentín Trujillo.
«Esta ley tiene un doble estándar, porque hay muchos espectáculos que son netamente de orden comercial; es un negocio, no son aportes culturales», sostiene el cantante Pablo Herrera, vicepresidente de la Sociedad Chilena de Intérpretes (SCI).
«Los beneficiados son los consumidores. La exención tributaria permite que la entrada que debería costar $7.000 quede en $5.000. Si tengo que pagar IVA, habría que subir los precios», comenta el abogado de productoras de eventos Nolberto Salinas.
«Hay discriminación hacia el artista chileno. Ellos (los artistas internacionales) son beneficiados al no pagar impuestos y ni siquiera hacen obras benéficas o presentaciones gratis. Ellos son los únicos que ganan», señala el payaso «Copucha», esta vez sin sonrisas.
«La rebaja de impuestos sólo debería ser aplicable cuando haya artistas chilenos participando en el evento. Creo que por ahí va la cosa», comenta Claudio Narea, ex Prisioneros y actual presidente de la SCI.
El diputado Álvaro Escobar planea presentar un proyecto de ley en el Congreso para que los grandes megaeventos al menos estén obligados a tener teloneros nacionales.
«No me parece que los artistas multimillonarios lleguen a Chile y sean subvencionados por las personas pobres del país, que no pueden acceder al espectáculo. Tampoco, que estos conciertos comerciales sean entendidos como espectáculos culturales para evadir impuestos», comenta Valentín Trujillo.
«Esta ley tiene un doble estándar, porque hay muchos espectáculos que son netamente de orden comercial; es un negocio, no son aportes culturales», sostiene el cantante Pablo Herrera, vicepresidente de la Sociedad Chilena de Intérpretes (SCI).
«Los beneficiados son los consumidores. La exención tributaria permite que la entrada que debería costar $7.000 quede en $5.000. Si tengo que pagar IVA, habría que subir los precios», comenta el abogado de productoras de eventos Nolberto Salinas.
«Hay discriminación hacia el artista chileno. Ellos (los artistas internacionales) son beneficiados al no pagar impuestos y ni siquiera hacen obras benéficas o presentaciones gratis. Ellos son los únicos que ganan», señala el payaso «Copucha», esta vez sin sonrisas.
«La rebaja de impuestos sólo debería ser aplicable cuando haya artistas chilenos participando en el evento. Creo que por ahí va la cosa», comenta Claudio Narea, ex Prisioneros y actual presidente de la SCI.
El diputado Álvaro Escobar planea presentar un proyecto de ley en el Congreso para que los megaeventos al menos estén obligados a tener teloneros nacionales.
EL Mercurio, Domingo 31 de agosto de 2008
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