Organismo dictó el miércoles circular que precisa los alcances de Ley 20.455:
Instrucción del SII que restringe el DFL 2 desata polémica con inmobiliarios
El organismo determinó que para obtener el beneficio para más de dos viviendas no basta sólo con firmar la promesa. También se exigirá la inscripción de la propiedad en el Conservador antes del 1 de noviembre.
Claudia Ramírez Friderichsen
Sorprendidos quedaron los inmobiliarios con la circular N° 57 del Servicio de Impuestos Internos (SII). En el documento, que data del miércoles pasado, el organismo dio instrucciones para limitar a sólo dos viviendas por dueño los beneficios del DFL 2 para viviendas de hasta 140 metros cuadrados. El cambio fue mandatado por la Ley 20.455, que tiene como finalidad obtener mayores recursos vía recaudación para la reconstrucción del país, lo que se concretará a partir del 1 de noviembre.
Sin embargo, los inmobiliarios encendieron la alarma, porque en su circular el SII incluyó exigencias que, a juicio de las empresas, eran desconocidas hasta ahora. La circular explicita que para acceder al beneficio para más de dos viviendas no sólo basta con la firma de la promesa de compra, sino que la propiedad debe haber sido adquirida e inscrita en el Conservador de Bienes Raíces.
Pero el SII dice que su interpretación «resguarda íntegramente el espíritu de la Ley 20.455». Según el organismo, los inversionistas que hayan firmado una promesa de compra por más de dos viviendas DFL 2 deberán cumplir sus promesas -esto es, adquirir e inscribir las propiedades- en el período intermedio; es decir, desde publicada la ley (el 31 de julio de este año) hasta el 31 de octubre, para acceder a los beneficios. «La intención fue amparar las promesas celebradas y concretadas dentro de los tres meses, no aquellas celebradas dentro de los tres meses y concretadas después», explicó la entidad.
Esta visión -agrega- se sustenta en la «historia fidedigna del establecimiento de la ley». En el organismo añaden que nunca fue el espíritu del Ejecutivo ni de los legisladores proteger promesas celebradas en tiempo intermedio para «congelar» un beneficio hacia el futuro.
Empresas
Pero las empresas habían entendido algo distinto. De hecho, en las últimas semanas realizaron agresivas campañas para llamar a los inversionistas a aprovechar los «últimos días» del beneficio sin límites. Esto, en el entendido de que hasta el 31 de octubre se podría acceder al DFL 2 para más de dos propiedades, cumpliendo con la condición de haber firmado una promesa (en escritura pública o con un instrumento privado protocolarizado) y que, al momento de subscribirla, la obra contará con el permiso de construcción, dijo la Cámara Chilena de la Construcción.
Así, el gremio manifestó que no comparte la interpretación del SII y que presentará una reconsideración de esta circular (ante el SII) con el objetivo de rectificar dicho criterio. De hecho, argumentó: «La Ley 20.455 no exige que los contratos de compraventa definitivos que se celebren en virtud de las promesas estén cumplidos y las viviendas transferidas (inscritas) al 31 de octubre de 2010». Coincidió la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI). «No es la visión que nos habían entregado los análisis jurídicos que se hicieron de la reforma», planteó Vicente Domínguez, director ejecutivo.
Las empresas ven otros problemas. Según RVC Corp, la instrucción perjudica a los compradores que no han podido formalizar sus adquisiciones por estar sus proyectos en construcción y no contar con la recepción de obra, la que usualmente es exigida para hacer la inscripción. «Se está incentivando a especuladores que pudieron comprar y concretar la compra inmediatamente después (de la ley) con el stock , pero no a aquel que eligió su departamento con calma hace un año (en verde)», dice Roberto Bascuñán, gerente general. Según Claudia Zapata, gerenta de marketing de Paz Corp S.A., la instrucción acorta el tiempo de venta, y por ello la meta de la firma ahora es «focalizarnos a escriturar con toda prontitud las reservas (para inversionistas) que tenemos».
Claudia Ramírez Friderichsen
El Mercurio, Sábado 25 de septiembre de 2010.
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