Extracto de entrevista a Soledad Recabarren, de Recabarren & Asociados, en Diario Pulso:
Aún así, ¿cree que los cambios anunciados son los adecuados?
Con esto se elimina un montón de los problemas que había. Ayuda en parte a la simplificación, porque cuando se tenían varias sociedades y algunas estaban atribuidas y otras en sistemas semi integrado, el traspaso de utilidades de un nivel hacia otro era realmente complicado.
¿Son suficientes para los problemas que presenta la reforma?
Todavía quedan errores en el texto. Además, hay hartas cosas que se trataron de arreglar por circular y los cambios que se están estableciendo ahora en la reforma va a implicar tener que cambiarlas. Cuando se empieza a hacer cambios, igual se mueven las otras cartas del dominó y genera dudas.
El acotamiento de la renta atribuida, ¿es matar uno de los pilares de la reforma?
Absolutamente, lo único que venía en el proyecto original era el régimen atribuido, el régimen semi integrado surgió dentro del protocolo de acuerdo. Todo lo que se tuvo que negociar en el Senado para poder consensuar algún texto de Reforma Tributaria y hoy día, de un plumazo, se borra el régimen atribuido.
¿Esto confirma, además, que la reforma de Arenas tenía un muy mal diseño?
Sí. A lo mejor gran parte del problema es que quienes planificaron o redactaron este proyecto no eran personas que se movían en el mundo de los negocios, en el mundo empresarial. Si no sabes cómo funciona el mundo real, puedes proponer cosas que en teoría pueden sonar muy buenas, pero cuando las llevas a la práctica no tienen sentido.
¿Qué tiene de bueno y de malo el sistema semi integrado?
Tiene de bueno que no te obliga a tributar con los impuestos finales por las utilidades que tú mantienes dentro de la empresa. Es un incentivo a mantener las utilidades en la empresa. Lo malo es que la carga tributaria por lo que te llevas a la casa es de un 44,45%. Mucho más caro. Cuando se hablaba del proyecto se decía que era tremendamente injusto que los empresarios y los trabajadores no pagaran los mismos impuestos. Hoy, eso es relativo porque los trabajadores tienen una tasa máxima real de 35% y los empresarios de 44,45%. Se dio vuelta la tortilla.
Al ser un régimen más caro, ¿aumenta la recaudación?
Podría ser, pero los análisis nunca son lineales. Puede ocurrir que muchas empresas empiecen a desarmar toda esta estructura de tener dos empresas, para poder quedar ellos, persona natural, como dueños de una empresa. Puede ser que se simplifiquen las estructuras societarias para poder quedar en el régimen atribuido.
Frente a ello, ¿cuál sería la solución?
Debería haber una integración total del impuesto, que lo que se pague se recupere. Esto sería lo ideal, pero implica una menor recaudación.
¿Y no se podrían subir algo más las tasas para compensar esa menor recaudación, con tal de tener 100% de integración?
Esos ejercicios dependen de las proyecciones que hagan los economistas sobre recaudación. Me acuerdo que cuando se estaba discutiendo el proyecto, se hablaba que (el impuesto de primera categoría) tenía que llegar al orden de 29% a 30%. Pero un 30% para una mediana empresa es mucho. Los negocios medianos marginan un 30% con suerte, más bien marginan un 20%.
Lo anunciado por Valdés tampoco soluciona el problema de la discriminación entre inversionistas locales y extranjeros, ¿cómo se podría arreglar?
Solamente con la integración total de los impuestos. Los residentes chilenos o los extranjeros de países sin tratado (de doble tributación) vamos a tributar con 44,45% y los extranjeros que vienen de países con tratado sólo con 35%. Es un efecto fuerte.
Pese a lo dicho por el ministro, ¿cree que puede abrirse a cambios de tasas o grados de integración?
Dicen que siguen abiertas las mesas de conversación, y mientras haya conversación hay posibilidad de mejorar cosas. La esperanza es lo último que se pierde, o si no mejor tiramos la esponja y nos olvidamos del tema.
¿Se clarificó la situación de las normas antiabuso?
Un poco, porque todavía queda una serie de elementos dentro de la iniciativa que hacen que el tema siga siendo complicado. La retroactividad era uno de los problemas que se solucionó en parte. En algún momento van a tener que empezar a responder preguntas que vayan dando más claridad sobre cómo se va a aplicar administrativamente esta norma. Es sano que salgan oficios aclaratorios.
Fuente: Pulso (extracto). 12 de agosto de 2015. Por Pierina Bertoni.
Comentarios recientes