Anualmente juran alrededor de tres mil nuevos abogados y la lucha cada vez es más feroz por ubicarse en el mejor estudio u oficina legal, ese que les garantice no solo estabilidad, sino proyección de crecimiento y visibilidad.
Y aunque no está instalado dentro del radar de los recién egresados, existen otras opciones con iguales perspectivas: las fiscalías de las empresas. Así lo revela un estudio realizado por Idealis, firma de head hunting especializada en abogados.
Según Matías Ortúzar, fundador de la consultora, una de las conclusiones arrojó que el sueldo de un abogado recién egresado que ingresa a trabajar a un estudio grande se mueve en torno a $ 1,7 millones mensuales. Luego, los mejores pagados entre quienes van en su segundo año contratados ronda los
$ 2,2 millones, mientras quienes están en su tercer año pueden alcanzar a percibir una remuneración de $ 2.750.000.
«Si nos salimos de los estudios top, los que van en su segundo año de contratación ganan, en promedio, $ 1.470.000. Mientras al tercer año, la media ronda $ 1,5 millones», precisa Ortúzar.
Los abogados internos
El informe indica que tras analizar los sueldos de 100 fiscales de empresas, los profesionales que se mueven en ese ámbito y tienen 15 años de experiencia pueden recibir un sueldo base promedio de $ 9,8 millones. Mientras los que tienen entre 7 y 15 años de experiencia pueden alcanzar un sueldo promedio de entre $ 2,4 millones y $ 5 millones al menos, cifra a la que se suman los bonos anuales. En tanto, un subfiscal puede percibir entre 50% y 70% del sueldo de su superior.
Ortúzar explica que si bien las diferencias de sueldos podrían no ser muy significativas respecto de los abogados de renombrados estudios, sí se perciben diferencia en los perfiles.
«En los grandes estudios vemos a profesionales que les gusta la competencia, el tema es que no todos van a llegar a ser socios y ahí tienen su techo, mientras un abogado interno requiere un perfil de profesional con habilidades más blandas y con una vocación más afín con otras disciplinas como la ingeniería y administración, que lo puede llevar a alcanzar puestos gerenciales dentro de la organización… todo depende de las aspiraciones», dice.
Agrega que el campo profesional de las empresas tampoco es tan grande, ya que la gran mayoría de las compañías locales no han notado que una buena receta para generar ahorros de costos es contratando a un fiscal.
«En comparación con los costos de abogados externos, puede generarse un ahorro de hasta 60% mensual al contratar un abogado interno. En un ejemplo conservador, una empresa que no cuenta con un fiscal requiere 150 horas mensuales de asesoría jurídica y sacando un promedio de 5 UF por asesoría, la empresa estaría gastando en torno a los $ 19 millones mensuales, cuando normalmente un fiscal gana entre $ 6 millones y $7 millones en promedio», dice.
Estudios
Pero para ser contratado por los mejores pagadores del mercado, el estudio señala que el primer filtro es la universidad donde estudió el pregrado y luego el nivel de inglés del postulante.
Aquí no hay mayores sorpresas. Los mejores remunerados salen de la Universidad Católica, luego de la Universidad de Los Andes y en tercer lugar, la Universidad de Chile.
«Lo que hemos detectado es que los alumnos de la UC y de Los Andes tienen mejores redes de contacto y eso se nota porque se ubican en los primeros lugares del ranking de los mejores pagados, no pasa lo mismo con gente de gran potencial que no es muy visible y que provienen, por ejemplo, de la Universidad Católica de Valparaíso o de la Universidad de Concepción, donde hemos visto casos realmente excepcionales», concluye Ortúzar.
Fuente: Diario Financiero. 28 de septiembre de 2015.
Comentarios recientes