Muy disconforme con el curso de los acontecimientos está el economista Patricio Arrau: no está de acuerdo con la política monetaria trazada por el Banco Central; critica las reformas enviadas por el Gobierno; y cree que el sistema tributario semi integrado es un error.
Hoy su tiempo lo distribuye entre su consultora Gerens, y Plural, centro de estudios de políticas públicas ligado al ex candidato presidencial, Andrés Velasco. Como investigador asociado ha trabajado con el ex director del Servicio de Impuestos Internos (SII), Ricardo Escobar, en temas tributarios y desde ahí observa la discusión actual.
¿Cuál es su evaluación de la Reforma Tributaria?
En general, nosotros éramos partidarios de incrementar en 3 puntos del PIB (Producto Interno Bruto) la recaudación. Pero discrepamos completamente del sistema enviado en abril de 2014 que era impracticable, la renta atribuida, y siempre fuimos partidarios del sistema integrado sobre base retirada que teníamos, corrigiendo los forados tributarios para prevenir la evasión y elusión agresiva. Ese era el camino a seguir y creemos que el tiempo ha ido confirmando ese diagnóstico.
No obstante, hoy existe el sistema semi integrado junto con la renta atribuida.
En primer lugar, está claro que la renta atribuida como sistema principal era completamente inviable. En el acuerdo de septiembre de 2014 se puso al lado un sistema que a mi juicio no es ni chicha ni limonada, ni integrado ni desintegrado, y que en realidad es un muy mal sistema, muy inequitativo e injusto para las distintos tramos.
¿En qué sentido es inequitativo?
Hay una inequidad horizontal en el semi integrado de 65%. Mucho se ha hablado de que la tasa marginal máxima quedó en 35% para la renta atribuida y para el Global Complementario del empleo, y pasa a ser 44,5%, en el tramo más alto, para los empresarios. La verdad es que el sistema semi integrado – como se ve en la tabla adjunta- es inequitativo en todos los niveles de ingreso. La tasa marginal de las personas exentas que tienen rentas del trabajo es de 0%, y de la renta empresarial es de 9,45%. Esa es la mínima para ellos, porque el 27% que se reconoce pasa a ser una tasa marginal que hace una diferencia muy odiosa.
Pero ello sólo ocurriría en los tramos de altos ingresos que optarán por semi integrado.
No, no estamos hablando de empresarios gigantescos, estamos hablando de empresarios que obtienen $500 mil, $1 millón. Por ejemplo, dos viudas: una recibe un pago a través del sistema de AFP que va a tener una tasa marginal de 0% si recibe $500 mil; y la otra, que recibe por dividendos de una cartera accionaria también $500 mil, pagará 9,45%. No me preocupa la tasa marginal más arriba, que antes era 40 y ahora pasó a ser 44,5%, me preocupa la equidad horizontal.
¿Cuál sería el impacto de esta inequidad?
Es que los empresarios con cuenta propia que se establecen van a empezar a pagar esas tasas marginales. En todos los tramos, el que tiene renta empresarial, el que vive de retiros, de su pyme, tendrá que pagar una tasa media mayor de 9,45%. Esto no se ha destacado suficiente y es una evidencia a mi juicio de lo muy malo que es el sistema semi integrado. Aquí hay que decidirse: o se tiene un sistema integrado que la lleva, que es el futuro porque el mundo está tendiendo para allá; o un sistema desintegrado como la mayoría de los países en desarrollo, que en general están plagados de excepciones para estimular inversiones y debe tener una tasa de dividendos muy rebajada para evitar cobrar dos veces. El sistema desintegrado es muy gravoso para la inversión.
¿Está sugiriendo como óptimo un sistema integrado 100%?
Personalmente lo prefiero. Si uno mira lo que recaudan los países de la OCDE de acuerdo al impuesto corporativo como porcentaje del PIB y lo divide por la tasa de impuestos que tienen, se puede calcular el rendimiento de cada 10 puntos de impuestos. EEUU, con un 35% de tasa corporativa, rinde apenas 0,6 punto por cada 10 puntos; España, 0,7 punto por cada 10 puntos; y en Chile en 2013 con tasa de 20% el rendimiento era de 3,6 puntos, o sea, 1,75 punto por cada 10 puntos de tasas. Si se observan los países de tasas bajas como Irlanda, con un 12,5% corporativo, rinde 2 puntos por cada 10. Es decir que las tasas bajas o la integración total permite tener sistemas más fáciles de fiscalizar y se evita tener muchas excepciones.
¿Qué le parecen los cambios del proyecto de simplificación?
Todo el conflicto que tuvimos entre abril y septiembre hizo que termináramos con un sistema pésimo y ahora el ministro Valdés está dando el primer paso para limitar la renta atribuida a las personas, muy parecido a lo que existe en EEUU, y eso es bueno para los empresarios más pequeños, de menores rentas, porque les permite bajar la tasa de impuestos corporativos a su tasa media efectiva. Pero el otro sistema no es ni chicha ni limonada, es muy malo e inequitativo. Por un lado tenemos el año de la productividad para incentivar emprendedores, y por otro, el Estado de Chile le ofrece a los emprendedores una tasa media de impuesto de 9,45% más alta que la que paga un empleado con el mismo sueldo.
¿Pero ellos se pueden ir a renta atribuida?
Quienes sean por cuenta propia o empresas familiares podrán irse a la atribuida, pero la vida es un poquito más complicada y a algunos les conviene asociarse, tener una sociedad limitada. Alguien podrá contestar que estoy preocupado sólo de un grupo pequeño. No, estoy preocupado del futuro, de los emprendedores, de los jóvenes que pueden formar sociedades, ellos no van a obtener capital de riesgo como personas, porque el levantamiento de capital tiene que ser como sociedad, es mucho más conveniente tener una sociedad como una forma de recirculación del capital y eso los va a sacar inmediatamente de renta atribuida y los pone en la otra columna.
¿Con este esquema del Gobierno se recaudarán 3 puntos del PIB?
Claro, pero es tan malo que afecta la decisión de ahorro-inversión; este sistema que no es ni chicha ni limonada afecta el crecimiento y ahí perdemos más. Creo que tasas más bajas, con sistemas más simples, más integrados, con menos exenciones, más fiscalizados, rinde mucho más por cada 10 puntos de PIB, y por ello estimo que una tasa de 25%, full integrado, con fiscalización, va a rendir más de 3 puntos del PIB.
¿Y qué opina respecto de la tasa de 27% para el impuesto corporativo que regirá en 2018?
La tasa del 27% es intransable, no está el debate para eso. Creo que 27% es alta, muchos países como EEUU, India, Japón, están bajando a 25%, que es la tasa media de la OCDE y nosotros debimos ir hacia allá. Pero ensayemos el 27% hasta que recuperemos 3 puntos del PIB en recaudación y veamos si se puede reducir. Creo que el ministro está haciendo una simplificación de un engendro, pero al no abordar los defectos e inequidades que genera el semi integrado lo único que va a hacer es dejar la discusión para el próximo debate presidencial y el próximo Gobierno.
Había una propuesta en algunos círculos privados de volver al sistema 100% integrado y subir la tasa corporativa a 30%, ¿qué le parece?
Creo que 30% es excesivo. Sería una locura irse a tasas del 30%, cinco puntos arriba del promedio OCDE, cuando todo el mundo está yendo en otra dirección.
¿Está seguro que el próximo Gobierno revisará este tema, porque recién se aplicará en 2018, entonces no se sabrá cómo funciona?
El próximo Gobierno tendrá que cambiar este tema porque se verificará en la realidad lo malo que es, va a empezar a manifestarse. Justamente como era tan loco el sistema se chuteó para 2018, ahora ya se abrió el debate tributario porque era imposible no hacerlo, pero la corrección minimalista que envió el Gobierno no va a cerrar el debate, porque la integración de 65% es un mal sistema y tendremos 2016 y 2017 para discutirlo.
Entonces, ¿no descarta que venga una nueva reforma al sistema tributario?
No será en este Gobierno, porque no habrá jamás consenso en el actual bloque gobernante para abrir este debate. Los que estamos fuera creemos que es indispensable abrir este debate en 2017. Si el cambio es un ajuste de un número en un párrafo que es pasar de 65% a 100%.
Fuente: Pulso. 11 de enero de 2016. Por Miriam Leiva.
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