Una suerte de ejercicio de realidad hizo el año pasado el economista Juan Andrés Fontaine. Pieza clave en la negociación del acuerdo sobre reforma tributaria -en el que participó como representante de Renovación Nacional-, le tocó moverse -cuenta- entre márgenes estrechos. El contexto era la discusión de los cambios impositivos que ya habían sido aprobados en la Cámara de Diputados, después de una discusión prácticamente nula, y se había abierto un espacio de discusión una vez que el proyecto llegó al Senado.
«El ex ministro (de Hacienda) Alberto Arenas nos dijo que lo máximo que el Gobierno estaba dispuesto a hacer era crear un sistema opcional al de renta atribuida. Nosotros dijimos que la renta atribuida era muy compleja, que no se aplicaba así en ninguna parte del mundo, y que minaría los incentivos al ahorro y la inversión. Fue así como surgió una fórmula alternativa, el sistema semiintegrado», relata el consejero de Libertad y Desarrollo.
Pero esta apertura a negociar -agrega- tenía dos pies forzados: conseguir el 3% de recaudación y mantener el sistema de renta atribuida de manera opcional.
-Pero ahora el acuerdo está en entredicho. A su juicio, ¿se avanzó dentro de los marcos que permitió Hacienda?
«Es importante rebobinar lo que ocurrió. La reforma tributaria, basada en la renta atribuida, fue un aspecto central del programa de Michelle Bachelet. Yo, personalmente, tuve innumerables intervenciones públicas llamando la atención respecto de que esa reforma tributaria me parecía una aberración, y debo reconocer que me quedé con la frustración de no haber podido convencer a la ciudadanía en absoluto. La Presidenta Bachelet tuvo una victoria arrolladora en la elección. Tanto así, que cuando se presenta el proyecto, la opinión generalizada en distintos sectores era que la reforma, en la práctica, era apoyada por la ciudadanía y que no había mucho espacio para la discusión. Luego vino el debate en la Cámara de Diputados, donde el tema pasó por un tubo. Recién en el Senado, y cuando ya se habían generado movimientos en contra de esta reforma, se abrió la opción se hacerle cambios a aspectos críticos de este proyecto».
«Quiero rescatar también que el sistema de integración parcial, aunque tiene sus defectos, tiene la ventaja que opera de manera muy similar al sistema actual y tiene tasas de impuestos que son muy semejantes al promedio de la OCDE: tasa de 27% para las empresas, versus el 25% de la OCDE, y la tributación efectiva será de 44,5%, versus el 43% de la OCDE en promedio».
«(El acuerdo) no me parece un mamarracho ni la peor idea tributaria, sino que un sistema muy semejante al que opera, en cuanto a tasas, en la mayoría de los países de la OCDE. La imputación parcial, además, también existe en Reino Unido».
-La OCDE es usada como referente tanto por quienes apoyan el proyecto como por quienes se oponen. ¿Con qué países debe compararse Chile?
«El 27% (de tasa para las empresas) y el 44,5% (de tributación máxima efectiva) son excesivas para Chile. Varios países de la OCDE tienen más espaldas para resistir esos impuestos. Además, varios países de la OCDE con niveles altos en sus tasas, en general los están bajando. Chile, con el 27%, queda por sobre Inglaterra (20%), y Cameron (el Primer Ministro británico) acaba de anunciar que avanzará al 18%; España quiere pasar de 30 al 26%, Corea tiene 24%; Irlanda 12,5%, y Singapur, 17%».
Qué dicen los senadores
SENADOR CARLOS MONTES: ACUERDO TRIBUTARIO FUE APRESURADO
Entrevista al Senador Carlos Montes, en El Mercurio:
-El ministro Rodrigo Valdés ha señalado que el proyecto se limitará a rectificar la reforma tributaria en lo relativo a la renta atribuida, pero que no se tocarán las tasas ni las cargas tributarias. ¿Usted apoya esa idea?
«Comparto lo que ha dicho el ministro: que aquí la recaudación y las tasas no están en discusión. Tampoco está en discusión reponer privilegios que la reforma eliminó, me refiero al FUT, goodwill y otras cosas más. Y en tercer lugar, no se pueden tocar las normas antielusión; al contrario, hay que fortalecerlas. La reforma es básicamente operativa, de cómo se implementa».
-La reforma todavía no se implementa y ya estamos discutiendo un nuevo proyecto para corregirla. ¿Cómo evalúa usted el proyecto que el Senado aprobó de manera unánime? ¿Fue un mal proyecto?
«Ese proyecto se montó sobre la base de un concepto operacional de renta atribuida que no existía en otros lados, con mucha fuerza defendido por técnicos chilenos, como Jorratt y otra gente muy calificada, pero después -en el debate- surgieron muchas observaciones. Lo que quedó en la ley fue producto de una negociación con Juan Andrés Fontaine. Se tejió una solución de dos sistemas, y esa solución se fue complicando. Fue muy acelerado el acuerdo con Fontaine, y por eso perdió consistencia. Lo otro (el proyecto original) era un concepto de renta atribuida para todos, que tenía detractores fuertes, pero lo que finalmente se aprobó también genera situaciones operacionales bastante difíciles de ordenar a través de circulares».
-¿Pero en ese momento consideraban que era un buen proyecto?
«Con el proyecto original nos formamos la opinión de que había una incertidumbre fuerte. Con Zaldívar y Lagos Weber tuvimos reuniones con los técnicos de Impuestos Internos, porque cuando uno no es especialista y estas cuestiones son muy técnicas, de contabilidad y aspectos jurídicos… Nosotros tuvimos bastantes dudas con el tema de la renta atribuida, y por eso aceptamos el acuerdo con Fontaine, este doble sistema. Pero si usted me pregunta si teníamos certezas, si era operacionalmente viable; bueno, siempre dijimos, esperemos que esto se traduzca en un modelo operacionalmente viable. Pero eso escapaba a nuestra decisión política y era una cuestión eminentemente técnica».
SENADOR LAGOS WEBER: SOLO SE REQUIEREN PERFECCIONAMIENTOS TÉCNICOS
Entrevista al Senador Ricardo Lagos Weber, en El Mercurio:
-¿Por qué los ajustes a la reforma tributaria deben acotarse a circunscribir el uso del sistema de renta atribuida?
«Quiero partir aclarando que los parlamentarios de la Nueva Mayoría que integramos las comisiones de Hacienda tenemos un acuerdo con Hacienda para que la carga tributaria no se toque. Además, no hay ninguna razón para modificar las tasas y los créditos, porque el acuerdo que se logró (el año pasado) desde la UDI al PC, estableció tres puntos del PIB en la recaudación. El proyecto que ingresará el Gobierno reafirmará esa meta».
-¿Cuál es su responsabilidad en este proyecto, dado que hace menos de un año usted lo aprobó?
«La reforma tributaria ha sido un proyecto tremendamente complejo, por eso se consideró un plazo amplio antes de su implementación total y fue ese plazo el que permitió que en poco más de ocho meses se llegara a la convicción de que se requieren perfeccionamientos técnicos. Repito: técnicos. Por eso, en forma responsable, debemos hacer esos cambios, pero usando como pretexto la simplificación del sistema tributario no se puede abrir una discusión en torno a las tasas».
-¿Es la reforma tributaria realmente un buen proyecto?
«Es un proyecto que apunta en la dirección correcta: tener mayor igualdad y justicia tributaria».
SENADOR COLOMA: ACUERDO ERA UN MAL MENOR
Entrevista al Senador Juan Antonio Coloma, en El Mercurio:
-¿Qué le parece que el Gobierno acote los cambios a la reforma tributaria a una simplificación de los sistemas de renta atribuida y semiintegrado?
«Lamento mucho que hoy se estén dando tantos palos de ciego. Cuando se anunció una revisión de la reforma, pensé que se abordarían los temas de fondo, y no solo simplificar, sino que corregir errores manifiestos y optar derechamente por un esquema, el semiintegrado. Sin embargo, los ajustes que se están proponiendo son menores, y estamos perdiendo una gran oportunidad para repensar la reforma tributaria y recuperar el crecimiento».
-¿Qué significa «repensar la reforma tributaria»?
«Implica entender que el crecimiento económico es esencial en la recaudación tributaria y que cuando hay elementos que frenan ese crecimiento hay que revertir esas decisiones. La tributación está asociada al crecimiento, y no solo con las tasas de impuestos. Pero el cambio que viene al parecer es cosmético, y eso no me satisface».
-Pero usted apoyó con su voto en 2014 la reforma tributaria.
«Sí, pero hay que considerar dos cosas. Uno, el proyecto original del Gobierno tenía el sistema de renta atribuida al 100%, y esa iniciativa era nefasta. Nosotros a lo menos generamos una opción con el esquema semiintegrado, de lo contrario todo el país habría tenido la renta atribuida. Segundo, no pensamos que el Gobierno iba a impulsar tantas reformas profundas al mismo tiempo, generando los niveles de incertidumbre que hay hoy. En definitiva, el acuerdo era el mal menor en un escenario donde no teníamos los votos para buscar el bien mayor».
SENADOR RUMINOT: SE HICIERON ESFUERZOS POR CORREGIR PROYECTO ORIGINAL
Entrevista a José García Ruminot, en El Mercurio:
-¿El proyecto que está preparando el Gobierno para corregir la reforma tributaria debe circunscribirse solo a lo relativo a la renta atribuida o también debería abordar las tasas y las cargas tributarias?
«Debe tratarse la carga tributaria porque el problema que tenemos es una economía que crece muy poco, agravada por circustancias internacionales, como la situación de China. Todos sabemos que afecta directamente a Chile y mayor razón para tomar medidas especiales que nos permitan recuperar nuestro ritmo de crecimientro. La tasa de impuesto de primera categoría se sube del 20% al 25% y en el caso del sistema de integración parcial sube del 20% al 27%. El problema es que con el sistema de integración parcial no se permite usar ese 27% como crédito, entonces llegamos a tasas de impuestos personales del 45%, que todos reconocen que son tasas excesivamente altas. Reducir la carga tributaria de tal manera de incentivar el ahorro, la inversión, debiera ser uno de los objetivos a tener presente en el momento de los ajustes a la reforma».
-¿Esos ajustes no eran muy evidentes cuando se aprobó este proyecto unánimemente?
«Quiero recordar que nosotros recibimos un proyecto francamente muy malo, muy perjudicial y dañino para el desarrollo de la economía. El sistema de renta atribuida que se proponía establecía una tasa de primera categoría del 25%, pero con una retención del 10% de tal manera que la tasa efectiva era de 35%. Además, el sistema de renta atribuida no traía ningíun incentivo al ahorro o la inversión y, por lo tanto, lo primero que tuvimos presente fue crear un sistema de tributación que premiara el ahorro y la inversión y ese fue el sistema parcialmente integrado, materia en la que hubo consenso transversalmente. El proyecto no traía ningún sistema especial de tributación para las pymes y se creó un 14 ter bastante atractivo para que las pymes lo elijan como su sistema de tributación. También teníamos problemas con la renta presunta, la que prácticamente desaparecía y la dejamos en condiciones de seguir siendo usada por un porcentaje significativo de los que ya la estaban usando y que con la reforma original la perdían. Teníamos también el tema que por primera vez se establecía el impuesto a la ganancia de capitales de bienes raíces y que mucha gente de sectores medios de la población veía con espanto, porque una parte importante de su patrimonio familiar se le iba a ir con este nuevo impuesto y eso fue amortiguado y se buscó una fórmula más razonable».
«Yo entiendo que hoy día existan críticas de por qué votamos a favor, pero teníamos dos caminos: tomar palco y no hacer nada porque la Nueva Mayoría tenía los votos para aprobar la reforma que ellos quisieran, y la otra alternativa era, a partir del consenso transversal de que la reforma era muy mala, hacer esfuerzos para corregirla. Eso fue lo que hicimos y lo hicimos bien».
ZALDÍVAR: ESTÁ BIEN QUE SE HAGAN AJUSTES
Entrevista al Senador Andrés Zaldívar, en El Mercurio:
-El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, confirmó esta semana que se realizarán ajustes legales a la reforma tributaria. ¿Qué le parece que se haya ratificado ese camino?
«Está muy bien que así sea. Primero, el Ministerio de Hacienda verificó si por la vía administrativa se podían abordar todos los temas en torno a esta ley, pero llegó a la conclusión que no era suficiente ese camino si lo que se quiere es optimizar la implementación de esta normativa. Por eso se propondrán modificaciones al Congreso, pero no una reforma a la reforma. Los ejes rectores serán circunscribir el uso del sistema de renta atribuida y también se precisará que las operaciones de leasing iniciadas con anterioridad al 1 de enero de 2016 no serán gravadas con IVA, y que en el caso de operaciones inmobiliarias que ya están exentas del pago del IVA las promesas de compraventa sobre esas mismas operaciones también deben quedar exentas. Pero no se irá más allá, acá no se va a bajar la carga tributaria».
-¿Por qué acotar las modificaciones y no aprovechar esta instancia para hacer cambios de fondo a una ley que según el sector empresarial está afectando a la inversión en el país?
«Nosotros apoyaremos al ministro Valdés y los cambios que él anunció. Si abrimos más ventanas, se generará un enredo. No se tocarán tasas ni otras disposiciones como, por ejemplo, imputación de créditos, que no vayan en la línea que definió el ministro de Hacienda. Mi posición es bien clara en esto. Ahora estamos a la espera del articulado que quedó de mostrarnos el ministro Valdés».
-¿Cómo se explica que esta reforma haya salido hace menos de un año del Congreso y ya requiere de precisiones?
«Bueno, como cualquier cosa, solo los burros no cambian de opinión. Si se llega a la conclusión que una ley requiere de ajustes para que la implementación sea correcta, hay que ponerse rojo y hacer los cambios. Acá hubo un proceso importante de consulta con distintos expertos antes de llegar a esta definición».
Fuente: El Mercurio. 16 de agosto de 2015.
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