Emilio Soria es un hombre con historia en la Democracia Cristiana (DC). Fue durante varios años presidente del Frente de Profesionales y Técnicos del partido, instancia desde la cual aportó insumos a la discusión de los principales proyectos económicos en discusión en el Congreso.
Hoy dedica su tiempo a la presidencia del Colegio de Contadores Auditores y su empresa Auditores Asociados Limitada. El profesional, a quien en varias oportunidades se le ofreció el cargo de director del Servicio de Impuestos Internos (SII), tiene una visión crítica de la reforma tributaria aprobada el año pasado y que está en proceso de ajustes legales, luego de que el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, anunciara el pasado 10 de agosto el envío de un proyecto de ley para «perfeccionar técnicamente» el texto legal.
– ¿Era algo inevitable a la luz de la complejidad de la reforma?
– En mi opinión, esta debe ser una de las reformas efectuadas a las leyes tributarias de más baja calidad. Es contraria a un principio básico: su comprensión por parte de los contribuyentes. Pero esta reforma batió otro récord: es la más ideologizada de la que yo tenga conocimiento, que contiene claras señales de desconfianza hacia los contribuyentes.
Y no estamos hablando de los grandes contribuyentes. Me refiero a las miles de pequeñas y medianas empresas. Una buena ley no requiere de más de mil doscientas páginas de instrucciones e interpretaciones que ha debido hacer la Subdirección Normativa del SII, para hacer estos cambios más comprensibles.
– ¿Va en la línea correcta limitar al máximo el régimen de renta atribuida?
– Lamento que el Ministerio de Hacienda no haya entrado a corregir disposiciones legales mal concebidas, como la renta atribuida. Hacienda debió eliminar este sistema para dejar vigente el parcialmente integrado con una tasa de 25% (o de 27%) aplicable desde el año comercial 2015. El crédito por impuesto de primera categoría ascendería al 90% de la tasa.
– ¿Qué fórmula habría sido más adecuada para simplificar el proyecto?
– Además de eliminar renta atribuida, modificar las normas antielusión, que atentan contra los derechos de los contribuyentes y permiten al SII actuar en forma abusiva.
– ¿Qué tan necesarias eran las otras simplificaciones que incluye el proyecto, como aclaraciones a la norma antielusión, leasing y tributación de los bienes raíces?
– Esta reforma tributaria debe ser la peor concebida en mis 40 años de ejercicio profesional. Es evidente que requiere de modificaciones de fondo. En mi opinión, los cambios propuestos por el Ministerio de Hacienda son insuficientes. Por ejemplo, no elimina los impuestos que se aplicarán sobre el mayor valor obtenido en la enajenación de un bien raíz (por sobre las 8.000 UF). Estos impuestos son abusivos porque la adquisición de la vivienda fue efectuada con dineros que tributaron en su oportunidad.
– ¿Es lo más prudente cerrarse a abrir la discusión sobre la carga tributaria en medio de la desaceleración?
– Si bien es cierto que nunca los cambios tributarios son oportunos, estimo que un aspecto relevante que ha contribuido a la desaceleración de la economía ha sido la reforma tributaria. Así como el país está requiriendo de grandes acuerdos nacionales en materias como los cambios a la ley laboral y a la Constitución, también requeriría de un gran acuerdo para que la recaudación de impuestos permita financiar educación de calidad y salud de calidad.
– ¿Este nuevo proyecto de ley que se enviará no es asumir que el protocolo de acuerdo en el Senado fue un fracaso?
– El protocolo no contribuyó a corregir los errores del proyecto original. En mi opinión, solo contribuyó a hacer más incomprensible la ley, lo que -de no corregirse- hará que su aplicación práctica producirá cientos de errores tanto por parte de los contribuyentes como por parte del SII.
– ¿Qué consejos le daría al ministro Valdés en esta nueva etapa de discusión?
– No soy quien para darle consejos al ministro, pero si él aceptara y solo estuviera en sus manos la decisión final, le sugeriría derogar la Ley 20.780 sobre reforma tributaria.
En tanto se estudia una nueva reforma, aumentar el Impuesto de Primera Categoría al 25%. Si desea recaudar impuestos por los dineros e inversiones de chilenos en el exterior, que el procedimiento sea presentar una declaración (con los sustentos correspondientes) y pagar el impuesto sin dejar al contribuyente, durante un año en la más absoluta de las dudas. De este modo, el universo de declarantes aumentaría, el Fisco recaudaría el impuesto del 8% e incorporaría la obligación de declarar, a partir del año 2016, las rentas que producen estas inversiones en el exterior.
– ¿Qué peligro se corría de no realizar un ajuste legal?
– El peligro sigue vigente porque las normas correctivas son insuficientes y no evitarán que las empresas revisen sus planes de inversión. Además, no evitará el gran desastre que producirá su aplicación.
Fuente: Diario Financiero. 4 de septiembre de 2015. Por Sebastián Valdenegro.
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