La iniciativa de obligar a los trabajadores independientes a cotizar para su vejez fue uno de los grandes anuncios que trajo la reforma al sistema de pensiones en 2008, propuesta que fue respaldada por la Comisión Bravo. Si bien desde 2012 rige la obligación de que los independientes realicen el aporte previsional, la normativa incluía la posibilidad de eximirse anualmente hasta 2015, plazo final que culminó en la última Operación Renta, pero el Gobierno decidió extender la posibilidad de renuncia y la fecha que encontró mayor consenso fue el año 2018.
La idea del Ejecutivo es no mermar en demasía la renta líquida de los independientes, que en el mismo año también deberán destinar de manera obligatoria el 7% de su salario a salud, situación que está mucho más concientizada que el aporte a la vejez: en la última Operación Renta, más de 970 mil personas realizaron el proceso para eximirse voluntariamente, cifra muy superior a los cerca de 73 mil que cotizaron.
En ese sentido, la fórmula que obtiene mayor acuerdo para aplicar de manera progresiva el aporte previsional es comenzar con el 20% de la renta como base imponible para considerar el aporte del 10% para la vejez, situación que iría creciendo al 40%, 60%, y hasta el 80% de la suma de los honorarios brutos percibidos en el año calendario, como lo indica la Ley 20.255.
Fuente: Pulso (extracto). 20 de octubre de 2015. Por N. Vivanco y J. Palacios.
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