Los aumentos en el precio internacional del petróleo que provocó la primera guerra del Golfo, en 1990, llevaron al ministro Foxley a proponer al Congreso la creación de un «fondo de estabilización» de los precios internos de los combustibles refinados. Su objetivo fue proteger su plan de reducción de la inflación.
También instaló el objetivo de «estabilizar» precios al consumidor. Sin embargo, no es posible estabilizar las variaciones permanentes de precio. Sólo es factible postergar transitoriamente el impacto de una variación permanente. Por eso, los fondos tienden a agotarse.
Una reforma en 2000 logró avances, pero redujo la protección. El huracán Katrina, que provocó un gran aumento de precios externos, dejó esto en evidencia. El sistema político respondió a la ausencia de protección apoyando la creación de un nuevo fondo. Así nace el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles Derivados de Petróleo (Fepco) en abril de 2006.
Sin embargo, entre su creación y diciembre de 2009, el Fepco tuvo un costo fiscal de 1.944 millones de dólares, incluyendo el efecto secundario de debilitar el apoyo al impuesto específico a los combustibles, que compensa externalidades. Si bien parte de este costo se debió a la enorme alza de 2008, otra parte se debió a un diseño inadecuado. El Fepco expiró el 30 de junio de 2010.
Las ventas de combustibles líquidos refinados, valoradas a precio CIF mayorista, se estiman en 10 mil millones de dólares para 2010. Cerca de 42% va a grandes consumidores. La propuesta del actual gobierno es brindar protección transitoria a los consumidores que no pueden adquirirla por sí mismos ni obtenerla de otros privados. Los demás deberán decidir cuánta protección adquirir. Esta separación se logra creando un componente variable en el impuesto específico a los combustibles, que es recuperado por muchos consumidores grandes. Para evitar que nuevas alzas lleven a instalar un mal diseño, el nuevo sistema dará protección aunque el precio suba mucho.
Se propone también que más adelante el Ministerio de Hacienda adquiera seguros de precio en el exterior. Transmitirá a los consumidores pequeños tanto las primas como las indemnizaciones por medio del componente variable al impuesto específico. Por ejemplo, cada mes se comprará cobertura para tres meses más adelante. Cuando llegue el mes cubierto, el contrato comparará el precio contado con el precio promedio de los últimos dos meses. Si el contado excede al promedio en más de 12,5%, el exceso originará indemnización, que será restada del impuesto específico.
No es posible adoptar este seguro (Sepco) de inmediato, porque la contratación de personal especializado y el diseño de contratos pueden tomar 12 meses. Sepco hace que los aumentos de precios externos sean solventados por la contraparte extranjera. En cambio, sin él el país se empobrece y debemos repartir la nueva pobreza entre el fisco y los consumidores. Por eso, el Sepco contribuirá a reducir la volatilidad macroeconómica. Sepco también brinda equidad competitiva entre distintos combustibles, lo cual ayudará a elevar la productividad.
Tribuna
Lunes 16 de Agosto de 2010
Protección y precio de los combustibles
Salvador Valdés Prieto
Asesor del Ministro de Hacienda
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